CAMBALACHE

Qué tristeza me da descubrir falsedad en la gente, en quienes dicen hacer las cosas por convicciones cuando en realidad sólo buscan acomodarse.
Dan lástima, usan a otros y cuando no logran ser protagonistas borran con el codo lo que antes escribieron con la mano.

Qué difícil es encontrar gente íntegra, que sepa lo que cree y por lo que lucha.
Qué difícil encontrar gente sensata, que sepa cuándo hablar y cuándo callar, qué decir y qué guardar para el momento o la persona adecuada. Qué difícil encontra gente madura, que sepa lo que quiera y que no se mueva por egoísmos.
Qué difícil encontrar gente que haga las cosas por amor al prójimo, que no sean ególatras y maquiavélicos.

Gente honesta se busca, gente suicidamente sincera, dispuesta a testificar con sus vidas lo que dicen con sus palabras. Qué poca esperanza me queda al mirar alrededor y descubrir que la gran mayoría funciona por el motor de la avaricia y sin ningún interés sincero en mejorar la sociedad.
Muy pocos están dispuestos a dar algo sinceramente, por el sólo placer de ayudar, sin esperar nada a cambio. Qué desilusión, qué profunda pena siento.

Son tan pocos los que se atreven a nadar contra la corriente, a ser genuinos, a mantener firmes sus principios en medio de un mundo mediocre.
Mi fe, mi esperanza gracias a Dios, están puestas solamente en El, y aunque sé que es difícil, en el camino de nuestras luchas, espero encontrar gente honesta, que tenga ganas de jugarse por amor, para que todos lleguemos a estar un poquito mejor..

Ya sé, no me lo digas, soy una idealista, pero tengo un Dios grande, el Único al que me atrevo a pedirle que las cosas cambien, sabiendo que Él no me dirá que es imposible, ni se reirá en mi propia cara por estar buscando algo de sinceridad en un mundo tan corrupto como el que nos toca vivir... A vos que te tomaste unos minutos para leerme, gracias! Ojalá mi reflexión te sea útil, con que te haga pensar un ratito me conformo. Bendiciones!

r.f.
Agosto 29, 2014